En artículos anteriores (https://astroclasica.wordpress.com/2020/07/10/astrologia-y-religion-mercurio-y-el-sol-en-el-catolicismo/) ya relacionamos la demostrada vinculación entre la Astrología y la religión, especialmente el Cristianismo y su derivación a la extensión de ésta en el Cristianismo católico.
En otro orden de relación las distintas visiones Cosmológicas y Cosmogónicas siempre han estado vinculadas a las ciencias sagradas, desde la Filosofía hasta la Religión, pasando por la Astrología. Podemos encontrar innumerables testimonios en textos clásicos.
La pregunta que subyace entonces es ¿cómo se imbricaría la Astrología en este triángulo sagrado?. Un ejemplo claro lo podemos encontrar en el Renacimiento en la cosmologización de imágenes del Tarot más importante de la época, el Tarot de Mategna (a la altura del famoso Tarot de Visconti, aunque con un objetivo distinto).
Podríamos decir que la Astrología es una ciencia que se remonta a los orígenes del ser humano. Incluso antes de conocer el fuego, el ser humano conocía las estrellas. Sus noches estaban iluminadas por ellas y se fijó en su posición en el cielo y en su movimiento. De hecho, la observación de los astros está profusamente documentada por disciplinas actuales la Paleoastronomía o Arqueoastronomía, que analiza la orientación de estructuras prehístóricas hacia los Solsticios o los Equinocciios. Se cuenta con yacimientos como por ejemplo el de Karahunj en Armenia en el que se observan mirillas practicadas en menhires con la intención de observar y medir la posición y el movimiento de los astros.
En el citado Tarot podemos observar cómo el palo C de cartas nos encontramos las artes liberales junto con las ciencias liberales (sagradas) relacionadas entre sí
Al respecto de la relación entre Astrología, Cosmogonía y Cosmología, todas ellas están estrechamente vinculadas en torno a la coincidencia de elementos fundamentales concurrentes.
RESUMEN DE FACTORES CONCURRENTES
Únicamente desde la Ilustración, el modelo moderno de pensamiento abandona la idea de vinculación de las distintas ciencias con la mística, la teología o astrología y otras disciplinas relacionadas (Magia natural, Alquimia, Cábala o los cultos mistéricos).
Tal y como se observa en las imágenes anteriores la relación entre ciencias sagradas en la antigüedad era clara, pues en origen el modelo de pensamiento actuaba de columna vertebral que las unía todas.
Así pues en el Evangelio cristiano (y los textos sagrados que conforman la Biblia – desde el Génesis hasta el Apocalipsis pasando por el Pentateuco-) nos encontramos con multitud de referencias astrológicas en pasajes y misterios sagrados relacionados con ciclos, efectos, acontecimientos y eventos.
El movimiento celeste del Sol por los 12 signos astrológicos y los 12 apóstoles, los 7 pecados capitales y su relación con el Septenario astrológico, las 14 estaciones del Via Cruzis (Via Dolorosa) y su vinculación al ciclo lunar y los 7 planetas clásicos:
“En el sexto mes fue enviado el ángel Gabriel, de parte de Dios, a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David: el nombre de la virgen era María.
Entrando a ella le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el señor el contigo. Ella se turbó al oir estas palabras y discurría qué podría significar esta salutación.
El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu seno, y darás a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús.
Dijo María al ángel: ¿Cómo podrá ser esto, pues no conozco varón?. El ángel le contestó diciendo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto, el hijo engendrado será santo, y será llamado Hijo de Dios”, Lc, 1,26 ss.
En la cultura Judía, la correspondencia de los ángeles con los planetas es la siguiente:
Sol/Miguel; Luna/Gabriel, Mercurio/Rafael; Venus/Arnad; Marte/Samael; Jupiter/Zadkiel; Saturno/Cassiel.
Por tanto, he aquí la conexión de religión (cristianismo y judaísmo) con Astrología.
Según Demetrio Santos “sabemos que Gabriel es el ángel de la Luna, y por tanto se indica una conexión de la Luna y la sombra, lo que nos lleva a un eclipse lunar. Pero esto es parte de otra investigación sobre este tipo de fenómenos que desvelaremos más adelante, en un artículo posterior.
En este sentido la relación entre efectos astrales y divinidades mitológicas generales son comunes a todas las religiones. Véase el cuadro anterior.
O el siguiente cuadro sinóptico coincidente con los efectos del Septenario clásico
En los textos sagrados como hemos indicado al consultar pasajes bíblicos encontramos elementos astrológicos bien definidos, aunque sugeridos, que en muchos casos no se indican expresamente, sino que deben ser manejados a través de una exégesis con conocimientos de cierta profundidad en las diferentes corrientes teológico-filosóficas:
“Adán y Eva en el Paraíso, llegaron a este momento crucial de la adquisición mental. Fue Lucifer (literalmente «el que lleva la luz») un ángel caído, el que, en forma de reptil (es decir, llegando sin sentírsele) invitó a Eva a comer la manzana o sea la fruta del árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, por que así, según palabras de la serpiente, «serían tanto como Dios». El símbolo no puede ser más hermoso, más genial ni más profunda. El árbol del bien y del mal es el conocimiento, que no es en si ni bueno ni malo, sino según la intención con que se le adquiera o dirija. Simbolizado en la manzana, fruto con carpelo de cinco puntas, ya que, según la tradición arcaica (conocida evidentemente por Moisés) el número cinco ha sido siempre símbolo de la mente o de la inteligencia, en vista de que, en la Naturaleza, toda manifestación inteligente va determinada por el número 5, como claramente se observa en los cinco dedos de la mano (órgano ejecutivo de la inteligencia) y los cinco sentidos corporales, órganos adquisitivos de las imágenes originales del pensamiento. Si el relato bíblico cita a Eva como la primera en comer de la fruta prohibida, es porque la tónica psíquica de la mujer es la imaginación, mientras que la del hombre es la reflexión. De aquí que la primera esté más fácilmente dispuesta al conocimiento concreto, basado en las imágenes suministradas por los sentidos. Además –como decía Cristóbal de Castro-, «el hombre siente y la mujer presiente. Y este conocimiento anterior determina en la fémina una vanguardia, la dota de un sentido espectral que le permite, como a ciertas aves, ver en la noche»
Al comer la manzana, Adán y Eva conocieran; y entonces se avergonzaron de que estaban desnudos. Es decir, perdieron la inocencia. Lucifer, el tentador, como ángel que era, representa una «substancía espiritual», (empleando el lenguaje escolástico), una idea de Dios, infundida en la mente virgen de nuestros primeros padres, como elemento de evolución propia, de responsabilidad y de conciencia. Había que pasar de la inocencia a la sabiduría por el camino peligroso del conocimiento concreto y relativo. La máquina mental del hombre se hubo puesto en marcha gracias a la rebeldía de un ángel caído de los cielos. O lo que es lo mismo, de un impulso superior, verdadera «categoría kantiana» que, por «iluminación divina» -si seguimos a Plotino y a San Agustín- había de convertir al hombre en un dios, dominador, con su inteligencia, de la Naturaleza e indagador de los secretos del Universo. Arma de doble filo que tan pronto puede perdernos descubriendo bombas atómicas, como redimirnos llegando a la invención de la luz eléctrica.
Efectivamente, el hombre al conocer, adquiere iniciativa, opción y albedrío, capaces de enfrentarle con el imperativo de las leyes naturales. Al violar estas, conoce el mal y la desgracia, con todas las secuelas dolorosas que puedan salirle al paso durante la vida terrenal,
La maldición de Jehová al arrojarle del Paraíso, con las tremebundas palabras de «multiplicaré tus trabajos y tus miserias.. . parirás tus hijos con dolor… comerás el pan con el sudor de tu frente…, etc., más que un castigo resultan ser la consecuencia natural del conocimiento incipiente; de haber perdido la sabia dirección del instinto sin haber llegado a la razón del mismo. Pecado, enfermedad y delito, hemos dicho anteriormente, tienen un parentesco oculto.
Todo ello, en el fondo, no supone sino una violación de la ley natural con sus efectos lógicos de mal y de dolor, reveladores del error y advertencias para su rectificación. Así el conocimiento hizo perder a Adán y Eva la felicidad, la tendencia al bien, la ciencia infusa, la gracia divina y la inmortalidad que Dios les prometiera «si no comían de la fruta prohibida» (Dr Eduardo Alfonso).
Nótese aquí que en los primeros párrafos se alude al número 5 (los sentidos en el ser humano) y su clave astrológica representada en un horóscopo en los Términos astrológicos.
En textos filosóficos nos podemos encontrar la misma relación con elementos astrológicos.
Así, Macrobio nos dice lo siguiente:
“Pero retomemos las palabras que escribió después de éstas: «Puesto que los hombres fueron creados con la condición de que fuesen l guardianes de este globo que ves que se halla en el centro de este templo y que sellama Tierra, y les fue otorgada un alma que procedía de aquellos fuegos eternos que denomináis constelaciones y estrellas, las cuales, redondas y en forma de globo, animadas por mentes divinas, recorren a una velocidad prodigiosa sus círculos y sus órbitas».
Expondremos con todo detalle, cuando hablemos de las nueve esferas, por qué dice de la Tierra que es un globo situado en el centro del universo. Por otra parte, designa oportunamente el universo con el nombre de «templo del dios» a causa de quienes creen que el dios no es sino el propio cielo y los cuerpos celestes que contemplamos. De este modo, para mostrar que la omnipotencia del dios supremo apenas puede ser comprendida y jamás puede ser contemplada, llamó todo cuanto se ofrece a la vista del hombre el templo de aquel que sólo la mente puede concebir. Así, quien siente veneración por estos cuerpos como si fuesen templos debe rendir culto con mayor devoción a su creador, y todo aquel al que se le permite frecuentar este templo sabe que deberá vivir como un sacerdote. Por ello Cicerón afirma, en una especie, por así decir, de declaración pública, que hay tal condición divina en el género humano que todo el mundo se ve ennoblecido por esta afinidad con el Alma (animus) celeste.
Cabe destacar que en este pasaje utilizó el término animus en sentido propio y en sentido figurado. En efecto, el animus es propiamente la mente, que nadie ha dudado nunca que es más divina que el aliento vital (anima). Aun así, a veces también designamos de igual forma el aliento vital. Por tanto, cuando dice: «Y les fue otorgada un alma (animus,) que procedía de aquellos fuegos eternos», es preferible interpretar lamente, que compartimos de modo especial con el cielo y los astros. No obstante, cuando proclama: «Debéis retener vuestra alma (animus,) en la prisión del cuerpo», se refiere entonces al aliento vital (anima) que está encadenado en la prisión del cuerpo, a la que no se somete la mente divina.
Expongamos ahora cómo, según los teólogos, compartimos el animus —es decir, la mente— con los astros. [6] El dios que es y es llamado Causa Primera es el único principio y origen de todos los seres que existen o parecen existir. Por medio de la superabundante fecundidad propia de su grandeza, creó de sí mismo la Mente. Esta Mente, denominada noüs, dado que mira hacia su padre, guarda una estrecha similitud con su creador, pero, volviendo la vista hacia lo que la sigue, crea de sí misma el Alma. El Alma, por su parte, reviste las características de su padre en la medida en que lo contempla, pero poco a poco, mirando hacia atrás, degenera y pasa de ser incorpórea a fabricar los cuerpos. Bien es verdad que posee, de la Mente de la que ha nacido, la razón más pura, llamada logikón, y que de su propia naturaleza recibe la capacidad de tener sensaciones y la de crecer, denominadas aisthetikón y phytikón respectivamente. Sin embargo, la primera de ellas, o sea, el logikón, que ha obtenido de la Mente de una manera connatural, como en realidad es divina, sólo es apropiada a las cosas divinas. Las otras dos, el aisthetikón y el phytikón, habida cuenta de que se apartan de lo divino, coinciden con lo perecedero”.
Hay aquí además una equivalencia del número 3 integrado y explicado en las disciplinas filosóficas con el 3 del Cristianismo Católico identificado en la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo).
APLICACIÓN COSMOLÓGICA DEL EFECTO ASTROLÓGIO SOBRE LAS SOCIEDADES HUMANAS
Si lo que estamos indicando se integra en todos los planos, debe poder atribuirse tanto en el plano biológico como en el social. Sabemos que existe al menos un texto astrológico antiguo atribuible a través de distintas configuraciones astrales a un territorio o país (Libro de las Cruzes escrito para la España medieval).
De esta manera deberíamos poder encontrar ejemplos de vinculación de elementos astrológicos con acontecimientos de tipo religioso conjeturables desde la técnica astrológica. Y en efecto, los hay.
Nos detendremos en uno concreto. Debido a la gran producción de textos astrológicos y religiosos, la práctica sobre la religión la podemos explicar desde la Astrología aplicada sobre el Catolicismo. Es sabido que los grandes centros de peregrinación religiosa amalgaman efectos en un gran número de tiempos (seres humanos con motivación individual explicada desde la Astrología). Y uno de los caminos de peregrinación por excelencia en el Catolicismo es el Camino de Santiago (España, Santiago de Compostela en honor al apóstol Santiago el Mayor).
Para ello debemos explicar en cierto modo, la relación del Cristianismo con la astrología desde el mismo momento de su nacimiento, para ver así la adecuada dimensión de ésta.
Retrocediendo 2000 años y recientemente explicado ya desde la Iglesia católica. Procederemos primero a explicar la relación de Jesús de Nazaret con el signo de Piscis. En efecto, ya está más que demostrado que el nacimiento del Cristianismo que se data dese el nacimiento de Jesús de Nazaret corresponde con un hecho astronómico que en realidad se trata de un evento astrológico. Joseph Ratzinger (Papa Benedicto XVI) en su libro “Jesús de Nazaret” en el capítulo dedicado a su nacimiento (marco histórico y geográfico del relato) dedica un epígrafe a los Magos de Oriente:
“¿Quiénes eran los “astrólogos”?
“Pero ahora hay que preguntar, ante todo: ¿Qué hombres eran estos a los que Mateo designa como “magos” procedentes de “Oriente”?. El concepto de “magos” (mágoi) tiene en las fuentes correspondientes una considerable amplitud de significado, que se extiende desde los totalmente positivo hasta lo totalmente negativo.
El primero de los cuatro significados principales comprende por magos a miembros de la casta sacerdotal persa. En la cultura helenista eran considerados como “representantes de una auténtica religión”, pero se decía que sus ideas religiosas estaban al mismo tiempo “fuertemente influenciadas por contenidos filosóficos”, de modo que muchas veces se representaba a los filósofos griegos como discípulos suyos…”
“… Los demás significados que menciona Gerhard Delling designan a los hombres que poseen y ejercen un saber y poder sobrenatural así como a los brujos. Y, por último, a los timadores y seductores…”
“Así pués, en el Nuevo Testamento encontramos ambos significados de “mago”: en la historia de los magos de San Mateo, la sabiduría religiosa y filosófica es, por lo visto, una fuerza que pone a los hombres en camino de la sabiduría que, en última instancia, conduce a Cristo…”
“Al parecer, para los magos de Mt 2 rige, por lo menos en sentido amplio, el primero de los cuatro significados. Aun cuando no eran justamente miembros de la casta sacerdotal persa, eran portadores de un conocimiento religioso y filosófico que había crecido y perduraba aún en ella
Obviamente, se ha intentado encontrar un encasillamiento más preciso. El astrónomo vienés Konradin Ferrari dÓcchieppo ha mostrado que, en la ciudad de Babilonia, que había sido centro de la astronomía científica, pero que, en tiempos de Jesús, estaba ya en decadencia, seguía actuando “todavía un grupo de astrónomos, en paulatina desaparición. (…) Tablillas de barro con abigarradas inscripciones en signos cuneiformes con cálculos astronómicos constituyen pruebas inequívocas al respecto” Según el autor, la conjunción de los planetas Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis que tuvo lugar en los años 7-6 a. C. – el período en que, según se presume en la actualidad, tuvo lugar realmente el nacimiento de Jesús- pudo ser calculada por astrónomos babilonios y los habría conducido al país de Judea y a un “Rey de los judíos” recién nacido…”
La estrella
“Pero ahora tenemos que regresar una vez más a la estrella que, según el relato de San Mateo, puso a los sabios en camino. ¿Qué estrella era esa?. ¿Existió realmente?…
… No obstante, no podía dejar de plantearse la pregunta de si no se trató, a pesar de todo, de una manifestación celeste susceptible de ser captada y clasificada astronómicamente…”.
“Johannes Kepler presentó una solución que, en lo esencial, es expuesta de nuevo por astrónomos actuales. Kepler calculó que en el paso del año 7 al año 6 a. C. –que, como se ha dicho, se considera hoy el año más probable de nacimiento de Jesús-, tuvo lugar una conjunción de los planetas Júpiter, Saturno y Marte…””… El pensaba que la conjunción ocurrida en el año del nacimiento de Jesús tendría que haberse relacionado también con una supernova…”
“El ya mencionado astrónomo Ferrari dÓcchieppo archivó la teoría de la supernova. Para explicar la estrella de Belén bastaba según él la conjunción de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis, que él podía creer datar con exactitud..”
_”… ¿Qué podemos decir sobre todo esto?. La gran conjunción de Júpiter y Saturno en el signo de Piscis en los años 7-6 a. C. parece ser un hecho establecido. Esto pudo ciertamente dirigir la atención de astrónomos del espacio cultural babilonio-persa hacia el país de los judíos, había un “rey de los judíos…”
Aquí debemos detenernos en los ciclos planetarios de largo período (Consultar el artículo dedicado a los Ciclos Planetarios XXX). De especial interés a este respecto es el texto de Demetrio Santos “Comentario al Evangelio” quien data el nacimiento de Jesús en el 1 de marzo del año -7 a. C.:
“El Stellium o agrupación máxima (Conjunción) es lo que determina un nuevo gran período universal, y encarna en un personaje que es reflejo del mismo, en este caso Jesús (el Mesías). Dentro de las fechas aproximadas de su nacimiento en la figura que mostramos adjunta, y ocurre el día 1 de marzo del año 7 a. C. (calendario juliano) como había calculado muy aproximadamente Kepler. Sabido es que el no coincidir el nacimiento en el año cero de la E. C. se debe a un error de Dionisio el Exiguo establecer la cronología cristiana…””… Por el ambiente astrológico de ese tiempo de la Historia, el horóscopo del personaje era importante, y debió de ser conocido y recordado a comienzos de la propagación del Cristianismo; el “stellium” ocurre en Piscis (la Gran Conjunción de Júpiter y Saturno que da lugar al “stellium” y el evento del nacimiento se produce en el grado 19 de Piscis), y en los primeros tiempos la figura de los dos peces del Signo se ve a menudo en la imaginería cristiana”. “La Gran Conjunción suma el mayor número de primeros armónicos –fundamental, resonancia-, de los planetas que la forman, y por ello la interconexión de bioestructuras en el nativo. Por eso, este será también extraordinario, pues son raras tales conjunciones, y más cuanto mayor número de planetas interviene.
Es como si el nativo integrase todas las sensaciones, mensajes y conocimientos de esas “antenas” de captación exterior que los influyen, es el “hombre cósmico” o “microcosmos” símbolo o reflejo del Universo en sus planos materiales y espirituales, que cada uno de los planetas transmite.
La Gran Conjunción, como todo punto crítico –aquí el máximo- une y separa a la vez el tiempo/eón anterior y siguiente, cada cual caracterizado por la ordenación y valores de los armónicos que lo forman.
En este caso, el punto crítico separa dos tiempos: el pagano y el cristiano, éste perdurable 2000 años después”.
Es importante recordar aquí que en el Evangelio cristiano una de las grandes acciones de Jesús de Nazaret fue el milagro de los panes y los peces, así como la figura del pescador (como así bautizó Jesús al apóstol Pedro, también llamado Simón), pieza esencial en los inicios del cristianismo, designado por el propio Jesús como la roca sobre la que se fundará la Iglesia.
Queda pues patente la importancia del signo zodiacal de Piscis en la religión cristiana.
Otro de los puntos esenciales en el objeto del presente trabajo es la consideración ancestral del planeta Júpiter como significador general de las religiones (regente de los signo zodiacales de Sagitario y Piscis). En muchos mapas antiguos a España se le ha atribuido el signo zodiacal de Sagitario.
Es necesario en este momento explicar la historia del Apóstol Santiago para relacionarla con la peregrinación del Camino de Santiago.
En vida, Santiago era llamado Jacob. De hecho Santiago es la derivación lingüística de Sant Iacob (del latín «San Jacob»). Era pescador junto con su padre Zebedeo y su hermano, el evangelista y también apóstol San Juan. En un momento dado, Jesús le eligió para formar parte de sus discípulos. Desde entonces, Santiago lo acompañó y estuvo presente en varios de los momentos más destacados del Evangelio, como la Transfiguración o la oración en el Huerto de los Olivos antes del comienzo de la Pasión de Nuestro Señor. Del mismo modo, presenció la aparición de Cristo después de Su Resurrección.
Después de Pentecostés, Santiago el Mayor – por aquel entonces llamado Jacob, ya que Santiago es la derivación – es enviado a predicar a Hispania, actuales territorios de España y Portugal, a la que llega desde Jerusalén de forma poco contrastada: algunos indican que lo hace atravesando las Columnas de Hércules, bordeando las costas portuguesas y llegando finalmente a Galicia; otros establecen el origen de su periplo en Tarragona y su posterior travesía a lo largo del valle del Ebro y la Cordillera Cantábrica para terminar llegando a lo que hoy es La Coruña, mientras que por último, una tercera versión dice que su llegada es en realidad a Cartagena, y que desde ahí partiría rumbo al norte.
Durante su viaje por España, se le apareció la Virgen María para reconfortarlo y animarle, ya que le estaba siendo difícil anunciar a Cristo entre los habitantes de Hispania. Esta es la primera aparición mariana de la historia y, de hecho, María aún vivía en Nazaret por aquel entonces, por lo que se trata de una gracia especial de Dios al apóstol. De esta aparición surge la devoción a la Virgen del Pilar, en Zaragoza.
Tras una larga travesía por la Península Ibérica, Santiago regresó a Jerusalén y, en el año 44, fue decapitado con una espada por orden del rey Herodes. No obstante, sus discípulos recogieron el cadáver y lo embarcaron con dirección a la Hispania Romana. Según la tradición, la nave desembarcó en la costa gallega, donde fue trasladado al lugar donde hoy se halla la catedral compostelana (Santiago de Compostela).
La leyenda de la que surge la peregrinación del Camino de Santiago cuenta que, tras el descubrimiento del sepulcro donde descansaban sus restos, alrededor del año 813, numerosos cristianos del norte de la península comenzaron a peregrinar a lo que hoy es Santiago de Compostela para mostrar su devoción. Esta costumbre luego se convirtió en tradición, expandiéndose el fenómeno del Camino de Santiago a toda Europa y en todo el mundo, por lo que la ciudad santa se convirtió en uno de los centros de peregrinación más importantes de la cristiandad.
En el año 1222 el Papa Calixto II decidió implantar el Año Santo Compostelano, celebrándose los años en que el 25 de julio cayera en domingo, lo que le da una frecuencia de celebrarse cada cuatro o cinco años, aproximadamente. En cada Xacobeo se otorgan indulgencias a todos aquellos peregrinos que en Santiago de Compostela cumplan los requisitos de visitar la catedral, recibir los sacramentos y rezar una oración.
Desde el siglo IX, los reyes de la Reconquista reconocían a Santiago Apóstol como su patrón. Sin embargo, no fue hasta el siglo XVII cuando el Papa Urbano VIII declaró a Santiago Patrón de España. De este modo, Santiago el Mayor fue reconocido oficialmente como único patrón de España (que desde 1627 compartía con Santa Teresa de Jesús). Junto con esta decisión, la Iglesia dio su reconocimiento conjunto y oficial de que los restos del Apóstol estaban enterrados en Compostela, y estableció además que su festividad se celebrara cada 25 de julio.
Es importante reseñar que aunque hay muchas rutas y recorridos del Camino de Santiago el más reconocido y generalmente utilizado, que reúne a un mayor número de peregrinos es el Camino francés. Aunque también son importantes el Camino primitivo y el Camino del norte.
El Camino Francés, tal y como su nombre indica, nace en Francia, en Saint Jean de Port. Su recorrido atraviesa Navarra, Huesca, Zaragoza, La Rioja, Burgos, Palencia, León, Lugo y La Coruña.
La historia de esta ruta del Camino de Santiago se remonta al siglo X. A los años en los que la Reconquista de tierras musulmanas avanza y desaparece la inseguridad que existió al sur del Camino Primitivo, durante las décadas previas.
En esta época el centro de poder se sitúa en León. Los reyes Sancho III el Mayor y Sancho Ramírez de Navarra y Alfonso VI potenciaron fuertemente el Camino Francés.
En aquellos años la peregrinación a Santiago ya estaba consolidada entre peregrinos. No solo en España, sino también en toda Europa. El Camino Francés supuso una ruta más amigable que las dos anteriores. Eso explica que fuese la ruta más utilizada durante la Edad Media por los peregrinos europeos.
Aún, hoy en día, sigue siendo la ruta jacobea más transitada. Aproximadamente el 60% de los peregrinos que ha llegado a Santiago de Compostela, durante los últimos años, lo ha hecho siguiendo el Camino Francés.
Esta ruta jacobea cuenta con la catalogación de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. También ha sido de las más promocionada, por lo que es de la más famosa. De ahí que muchas personas piensen que el Camino Francés es el auténtico Camino de Santiago.
Con toda esta información ya deberíamos tener una idea más o menos clara del objetivo marcado, la vinculación de Religión y Astrología. Por tanto, teniendo en cuenta la distribución corográfica de territorios en España, el resultado es más que evidente. El camino se inicia en tierras francesas o aragonesas coincidiendo en el signo zodiacal de Sagitario (atribuido a España) y que en la distribución corográfica de territorios del país corresponde a la Comunidad Autónoma de Aragón y parte de Navarra (existe una variante muy transitada que se inicia desde la región pirenaica de Roncesvalles) y termina en Santiago de Compostela que corresponde al signo de Piscis, símbolo de los dos peces y esencia del Cristianismo.
Mateo 5: 10-12: Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.
Roberto Roda
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
-
De Sole (Libro del Sol, Marsilio Ficino. Traducido por Conchita Morera y Mariano Aladren)
-
Libro Conplido en los Iudizios de las Estrellas (Libro VIII, Ed. Gracentro)
-
Bonatti on Mundane Astrology (Guido Bonatti, traducción de Benjamin Dykes)
-
Messahallah (De conjuntionibus planetarum / De revolutionibus)
-
El libro de los juicios de las Estrellas (Abraham Ibn Ezra)
-
Introducción a la Historia Universal (Ibn Jaldun)
-
Introducción a la Historia de la Astrología (Demetrio Santos)
-
La vida de Jesús de Nazareth (Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI)
-
Comentario al Evangelio (Demetrio Santos)
-
El cielo de Sefarad (Josefina Rodriguez Arribas)
-
Carmen Astrologicum (Doroteo de Sidón)
-
Astrología y Gnosticismo (Demetrio Santos)
-
Astronomicon (Marcus Manilius)
-
Vida natural y Catholica (Diego de Torres Villaroel)
-
Comentarios al sueño de Escipión (Macrobio)
-
Historia comparada de las Religiones (Dr Eduardo Alfonso)
-
Investigaciones sobre astrología (Demetrio Santos)
-
The Thousands (Abu Massar)
-
La Kabbalah (Rafael Alvisa)